A veces, los antiguos colaboradores, aquellos que partieron en busca de otras oportunidades, vuelven a tocar nuestra puerta con una propuesta: reintegrarse. No es una ilusión ni un déjà vu; es el fenómeno de los candidatos "boomerang": aquellos que regresan después de un tiempo fuera con una perspectiva fresca y el deseo de reconectar.
Dejar un trabajo voluntariamente es una decisión que muchos empleados toman, ya sea por insatisfacción o en un intento de impulsar su carrera.
A pesar de estar satisfechos con su entorno laboral, muchos sienten que han alcanzado un límite en su desarrollo profesional. Ante esta situación, las empresas ven el valor de mantener conexiones con estos ex empleados y están implementando programas de retorno para posibles recontrataciones.
Según un estudio de PageGroup en España, el 74% de los participantes ha renunciado al menos una vez a un trabajo por voluntad propia. Las motivaciones detrás de estas decisiones varían: el 40% desea asumir más responsabilidades y crecer profesionalmente, el 27% busca un cambio en su rol o incluso sector, y el 24% aspira a mejores condiciones, como horarios flexibles o proximidad al lugar de trabajo.
¿Todas las personas que se marchan lo hacen con otra oferta bajo el brazo? Pues lo cierto es que no: el 49.2% de exempleados ha dejado una posición sin tener otra en perspectiva.
Y, aunque la mayoría (79.5%) no se arrepiente de su decisión, del grupo que sí lo hace, casi la mitad (49.5%) siente que su nuevo trabajo no cumplió sus expectativas, mientras que un 15.3% extraña a sus antiguos colegas. Esto subraya la importancia de las relaciones laborales y el inherente riesgo de cambiar de puesto.
A pesar de las connotaciones que puede tener, regresar a una empresa previa no necesariamente significa dar un paso atrás. De hecho, casi el 77% de los encuestados estaría dispuesto a volver a un empleo anterior si se presentara la oportunidad adecuada.
Aunque pueda parecer sorprendente, la tendencia de recontratar a ex empleados no es algo nuevo, pero sí está cobrando un impulso notable en el panorama laboral contemporáneo.
Los avances tecnológicos, las redes sociales profesionales y una cultura laboral en constante cambio han hecho que las conexiones entre ex empleados y empresas sean más fluidas y frecuentes.
Las organizaciones se están dando cuenta de que, en muchos casos, es más ventajoso traer de regreso a alguien con experiencia previa en la empresa que introducir a un recién llegado desde cero.
Conocimiento previo: No solo están familiarizados con la cultura, sistemas y procesos de la empresa, sino que también suelen tener relaciones laborales preexistentes. Esto significa que pueden trabajar de manera más efectiva con antiguos colegas y entender las dinámicas de equipo de antemano, acelerando su proceso de integración.
Formación reducida: Requieren menos tiempo y recursos en formación y capacitación. Ya tienen una base sólida sobre las operaciones de la empresa y pueden retomar rápidamente desde donde lo dejaron.
Expectativas claras: Al tener un historial conocido y haber demostrado un rendimiento previo, la empresa tiene una idea precisa de su potencial. Esto reduce el nivel de incertidumbre sobre su desempeño y permite establecer objetivos más alineados desde el principio.
Conocimientos adquiridos: Un candidato boomerang puede ofrecer insights únicos sobre cómo otras empresas operan en comparación con la suya, brindando una perspectiva externa aun siendo interna. En otras palabras: potencia la innovación.
Ahorro en costes de reclutamiento: Ya que implica un proceso de selección más corto y directo, ahorrando tanto dinero como tiempo.
Razones de la salida anterior: Es fundamental considerar las circunstancias de la salida previa. Si hubo desacuerdos, tensiones o conflictos, estos podrían resurgir y afectar la dinámica actual del equipo.
Adaptación a cambios: Las empresas están en constante evolución. Desde cambios en la cultura corporativa, hasta la introducción de nuevas herramientas o procesos, la organización que el ex-empleado dejó podría no ser la misma que está reingresando.
Expectativas salariales y de posición: Un ex-empleado podría tener expectativas elevadas en términos de posición o salario, basándose en su experiencia previa y la percepción de su propio valor, generando negociaciones más complejas.
Fidelización a largo plazo: No podemos obviar el hecho de que estos empleados ya se fueron una vez, y que podrían volver a hacerlo. Cada empresa debe decidir si este hecho afecta a las decisiones de inversión en su desarrollo y formación, así como la confianza en asignarle proyectos a largo plazo.
Vistos los pros y los contras, ¿de qué manera podemos recuperar a un empleado que se fue de la organización?
La clave está en saber cómo atraerlo de nuevo y garantizar que la reintegración sea lo más fluida posible. A continuación, te presentamos algunas estrategias para lograrlo:
Y tú, ¿alguna vez has recontratado empleados boomerang?
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